martes, 19 de enero de 2010

Convirtiendo el agua en vino.

Convirtiendo el agua en vino.
En el evangelio de Juan se nos cuenta como Jesús, en las bodas de Caná, convirtió el agua en vino, siendo este uno de los primeros signos de su actividad publica. Este pasado fin de semana he tenido la oportunidad de compartir una reflexión sobre este texto con el equipo motor de Atseden Taldeak y Santi, sacerdote de Sansomendi.
Santi nos ha sabido introducir en el texto haciéndonos primero aterrizar en la realidad del mundo.
Vivimos en el sistema del centro comercial, del capitalismo y las desigualdades, en el denominado proceso de globalización, que genera más pobreza para la mayoría. Nosotros apostamos por un sistema que tiene como símbolo la casa común. Una casa donde formar la gran familia del mundo y donde cada persona no es un número, ni un mero consumidor. Apostamos por los valores del Evangelio, y por eso creemos en la Utopia del Reino de Dios. Junto a mucha gente de buena voluntad creemos que otro mundo es posible, justo y necesario.
De momento estamos llenando las tinajas, como El nos pido y estamos convirtiendo el agua en vino de fiesta para todos. Aunque quede mucho camino por recorrer nos hemos puesto en marcha y la vida es una aventura que se vive caminado.

lunes, 4 de enero de 2010

Carta de Navidad.

Ahora que estamos a punto de acabar con la voragine consumista de la Navidad os transcribo una carta que me he llegado por email. Muy interesante.

CARTA DE NAVIDAD
Hola,Una vez más les agradezco la invitación a participar de sus “fiestas” pero debo admitir que estoy muy cansado, después de casi 2010 años, de que usen mi nombre para patrocinar tales eventosAl que le encanta todo esto es a Claus, que cada día está más gordo y tiene la risa más siniestra. Le ha ido muy bien, especialmente en los últimos años en que lo han nombrado miembro del directorio de varias corporaciones por su participación en el aumento de ventas y ganancias. Pero yo nada tengo que ver con este despliegue de abundancias. Donde yo nací no había pinos, así que jamás vi. uno, ni nieve, ni luces de colores y mucho menos paquetes con regalos suntuosos llenos de moños. Nunca fui “popular” en ninguna universidad, ni practiqué deportes de competencia, salvo mis largas caminatas tratando de hablar con la gente, jamás tuve empleo fijo, ni seguro social, no participé en política, ni tuve guardarropas, ni títulos de propiedad, ni acumulé nada salvo compasión. No usé cosméticos, ni desodorantes, por mi aspecto personal con pelo y barba desgreñados no me permitirían la entrada a ningún mall ni me invitarían a ningún programa de televisión.Jamás me perdonaron que tratara de echar a los mercaderes del templo, o que dijera que antes pasaría un camello por el ojo de una aguja que un rico entraría al reino de los cielos.Pero como había hombres y mujeres que parecían fascinados con mi prédica, organizaron religiones, reinos y países encargados de diluir mis palabras y usar sólo algunas para plasmar organizaciones donde predomina el poder y el dinero y que se dedican a predicar el temor entre los más pobres y más débiles. Hasta se crearon ejércitos pertrechados de armas cada vez más letales y se inventaron motivos para cruentas guerras una y otra vez, se contaminó al planeta, se arrasó con sus recursos y se creó un sistema cada vez más injusto y alienante, la ciencia se prostituyó y a pocos les importó el prójimo. Últimamente, hordas de “pastores” entrenados en el norte, recorren las casas asegurando que ellos saben interpretar lo que el Señor espera de cada uno (ofrenda y diezmo de por medio) y prometen prosperidad a cambio de “hacerse socio” de El. Curiosamente, el sermón que di en el Monte parece haber sido sepultado en el olvido.Así que no me esperen este año. Estaré muy ocupado consolando a los enfermos, plantando semillas para reponer los árboles talados, tratando de ahuyentar las emisiones de dióxido de carbono e intentando multiplicar los panes y los peces para saciar el hambre de millones de desposeídos.” ¡Feliz Claus! J. de N. (Jesús de Nazareth)* Texto de María Luisa Etchart, argentina, residente en Costa Rica.

domingo, 3 de enero de 2010

Seguimos en la brecha.

Un año más y ya van varios, pero seguimos en la brecha. Aunque estemos en crisis, aunque parezca que nos hay soluciones ni grandes cambios, seguimos con la esperanza en un porvenir mejor. Esta acabando la Navidad y aunque esta parezca haber perdido su sentido más profundo, seguimos en la brecha y por unos dias una estrella en una ventana ha hecho la competencia a las luces del corte ingles. Es cierto que nuestra estrella era muy pequeña pero la conseguimos despues de celebrar juntos una pequeña oración de Navidad. Seguir creyendo sigue siendo un aliciente que nos empuja a seguir. Apostamos por un mundo más justo y solidario donde los valores del Evangelio de Jésús, que son las valores más humanos, nos ayudan a expresar y definir nuestras propuestas. Por un Tiempo Libre como espacio donde la persoana puede crecer junto a los demas y construirse en grupo, por una filosofia de vida donde prima lo experiencial y vivencial, seguimos en la brecha.