jueves, 19 de enero de 2012

No ceder a la desesperanza.

Tiempos aciagos y duros se avecinan y si queremos seguir caminando no podemos caer en la desesperanza. El sistema nos mantiene engañados y alienados y no nos deja pensar con la suficiente claridad como para darnos cuenta de que todo lo que nos han contado es una falacia. Nuestro estilo de vida no es universalizable a todo el planeta ni a toda la humanidad. Las desigualdades se acrecientan y los tiburones de la globalización capitalista y sus amigos los especuladores campan a sus anchas. Nos vendieron que habia que vivir a todo trapo y que consumir y comprar y vender eran el objetivo y el final ultimo que nos harian felices, pero resulta que no es asi. Ahora llegaron los tiempos de zozobra y de crisis y de un plumazo la ofensiva de los poderosos esta haciendo que creamos conveniente perder nuestros derechos, que tanto costo conseguir, para salvaguardar el sistema. Nos hay politicos que se atrevan a enfrentarse a los que verdaderamente mandan, compran suman y venden.
Sin embargo y pese a todo la esperanza, que es lo ultimo que se pierde, nos mantiene firmes. No podemos ceder porque merece la pena vivir por unos ideales y no dejarnos derrotar por quienes creen que todo esto no se puede cambiar.
Tenemos que empezar a clamar en alto y a salir a las calles y donde sea necesario para defender otro modelo de sociedad. Es la hora de tomar partido y de empezar a construir desde abajo, creando redes y sumando voluntades.
Atrevernos a soñar siquiera puede parecer una perdida de tiempo, pero merece la pena estar junto a los que sufren y junto a las personas de buena voluntad.
No cedamos a la desesperanza.